(Heráclito de Cavorca)
La decadencia está prohibida,
y te estruja fuerte del cuello, y no se suelta.
se hace insoportable su presencia,
y espesa será mi muerte
entre flores, y gusanos, y falsos lamentos hipócritas
¡oh, cuervo!
se aloja en tu puño y es compañera de cada uno de tus segundos,
picoteando en los ojos del incrédulo
y hambriento de débiles como tú... y como yo... y como tú...
y es que siempre es igual, siempre es igual, siempre es igual
día a día vas perdiendo altura...
por momentos... por momentos... por momentos...
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